No soy jardinera, acudo para asegurarme, por intermedio del Florista, que lo que están haciendo los jazmines en mi casa es lo jazminísticamente correcto. Se han destapado a florecer con cierta euforia, y no sé por qué yo imaginaba que tal cosa ocurría más entrado el verano.
Una de ellas muestra cómo el jazmín ha decidido tomar por asalto unas ramas de la lagistremia. Me preocupa, insisto, esa agresividad del jazmín. Que se ve acompañada por otro hecho medio extraño, en la ciudad. Estoy acostumbrada a que por esta época, cuando llega el mes de mi cumpleaños, los jacarandas explotan de flores violetas, y de momento los observo como bastante renuentes a manifestarse. En el fondo, lo mío es como un cierto temor por las conductas vegetales, y siempre intercambio y comento alguna palabra con el Florista que me brinde paz y tranquilidad.
El Florista dijo:tranquila, los jazmines y los jacarandaes SIEMPRE hacen lo correcto, los jacarandaes del botánico están en flor, pero cuando los ginckos del botánico estaban en plena brotación primaveral los míos dormían, son cosas que pasan.
Las verdades, estimados, -pero no esas Verdades Mayúsculas de las que huimos despavoridos-, sino las verdades diminutas y cotidianas, brotan de los dedos del Florista como las Kalanchoes en mi terraza. Hay que tener cuidado con ellas.
El jazmín de la casa de mis padres, a pesar del cariño y del cuidado que se le prodigó durante años, terminó secándose de puro caprichoso, nomás.
Por eso creo que el concepto de "merecer" jazmines en flor es, tal vez, demasiado humano. Una noción de justicia humana torpe e imperfecta que no se aplica a los jazmines, que, como bien dice el Florista, hacen SIEMPRE lo correcto.
Eso sí, debo reconocer que los jacarandaes de la plaza, aquí, a menos de 100 metros, me alegran todo el camino a mi trabajo. Lo que no es poca cosa. No son "mis jacarandaes", pero la mirada que los aloja y los disfruta, aunque sea por unos minutos, es mía.
Yo opino como el Florista: los jazmines y los jacarandaes SIEMPRE hacen "lo correcto". Es por eso que me inquietas, están de fiesta sin razón.
Los seres humanos, en cambio, hacemos, a lo sumo, "lo que nos sale".
No obstante, me parece que la maravilla humana reside en que, a veces, las manos que acarician y trabajan (las nuestras, las de los Otros importantes), pueden de pronto lograr que nos salgan cosas que antes no hubiéramos podido ni siquiera soñar.
Pero lo mío es una opinión, no verdades botánicas como las del Florista...
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